Página 15 - Spanish

Versión de HTML Básico

¿Creó Dios la naturaleza humana?
11
esa palabra:
potestad,
la potestad del aire. Pablo entonces le
llama el
espíritu
(el ser espiritual) que
ahora
está realmente
trabajando u operando en aquellos seres de este mundo que
no son obedientes, es decir, sobre el mundo en general. Esta
aseveración es tan verídica en nuestra época como lo fue en
tiempos de Pablo y los efesios.
" ... Estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en
los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de
este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire"
(quien aún está operando en aquellos que no responden a la
verdad de Dios). Esto demuestra que Satanás es el ser
invisible quien, sin que los hombres se den cuenta, realmente
mueve sus mentes inclinándolas al camino del "obtener".
"Entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro
tiempo en los deseos de nuestra carne ... lo mismo que los
demás" (versículo 3). Esa "naturaleza" ha sido adquirida de
Satanás. No es algo que heredamos de nuestros padres ni ha
sido creada en nosotros por Dios. Lo que se ha convertido en
habitual
y, por consiguiente, en
natural,
se convierte en
nuestra "naturaleza". Tal naturaleza no es una característica
heredada sino
adquirida.
Este mismo pasaje demuestra que
su autor es Satanás, no Dios.
" ... Eramos por naturaleza hijos de ira", continúa Pablo.
Sería absurdo que la ira de Dios recayera sobre nosotros
por
algo que El mismo nos hubiera dado.
Adán no fue creado con
esta "naturaleza maligna", sino que él la adquirió de Satanás.
Lucifer (llamado ahora Satanás) fue creado
perfecto,
mas
adquirió su naturaleza perversa debido al falso razonamiento.
Los efesios, en la generación del apóstol Pablo, habían
adquirido esta misma naturaleza de Satanás; sin embargo,
ahora, por la gracia de Cristo, Elles había dado vida a quienes
antes estaban espiritualmente muertos por causa de su
perversa naturaleza adquirida.
El efecto en los cristianos convertidos
¿Qué ocurre con los cristianos convertidos? Su espíritu, como
el de todos los demás seres humanos, está sintonizado en la
misma longitud de onda de Satanás. La misma tendencia
está presente en ellos, tal como si esa naturaleza pecaminosa
fuera algo inherente en el hombre desde su nacimiento. La