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LOS DIEZ MANDAMIENTOS
casi imposible que alguien le ayude - porque cualquier cosa que
diga o haga, puede ser simplemente un engaño más.
Una de las cualidades básicas del carácter de Dios es que El
es
VERDAD. Si no pudiésemos depender de la Palabra de Dios, no
habría
real
seguridad de perdón de pecados pasados, ni de presente
ayuda en tiempo de necesidad, ni de futuro galardón y vida eterna.
Aunque Dios tuviese infinito
amor
y extraordinaria
sabiduría
y
poder
-
pero su Palabra y sus
promesas no fuesen de fiar
-
¿QUÉ SERÍA DE USTED?
¿Había pensado en ello antes?
Lo diametralmente opuesto al carácter de Dios es el carácter
de Satanás el Diablo. Como lo reveló Jesucristo: "Cuando [Sata–
nás] habla mentira, de suyo habla;
porque es
MENTIRoso, y padre
de mentira" (Juan 8:44).
A todos los seguidores de Satanás en su renuencia a vivir
según la verdad, les espera un espantoso destino: "a los temorosos
e incrédulos ... y a
todos
los MENTIRosos, su parte será en el lago
ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda" (Apocalip–
sis 21:8).
Recuerde que no hay mentiras "blancas". A la vista de Dios
todas son NEGRAS. Las verdades a medias, las distorsiones y el
engaño, a todos por igual los condena la Palabra de Dios.
Jesús dijo: "Tu palabra
es
VERDAD" (Juan 17:17).
Vivamos
por
esa inspirada Palabra, a fin de heredar vida eterna en el reino
que está
basado
en lo que es literalmente
cierto
y
recto.
Tal es el mensaje del
noveno mandamiento:
"No HABLARÁS
CONTRA TU PRÓJIMO FALSO TESTIMONIO".