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EL DECIMO MANDAMIENTO
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Dios
y
su justicia,
y
todas estas cosas os serán añadidas"
(Mateo 6:33).
Los mandamientos se eslabonan
Y así, al llegar a este punto, el
último
mandamiento le da la
mano al
primero.
Porque si usted procura
ALGUNA cosA
contraria
a la voluntad de Dios, usted
codicia.
Si en su mente y corazón
usted codicia y
ansía
algo más que obedecer al Creador y recibir
sus bendiciones, ese algo se convierte en un
ÍDOLO
para usted.
"Codicia ...
es
IDOLATRíA"
(Col. 3:5).
Entonces, cualquier cosa que usted idolatre
ocupa
en su
mente el
lugar
del verdadero DIOs. Y usted
QUEBRANTA
el
primer
mandamiento que dice:
"No tendrás dioses ajenos delante de mí"
(Exodo 20:3).
El apóstol Pablo dijo: "No sabéis que si os sometéis a alguien
como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien
obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para
justicia?" (Romanos 6:16, Versión Reina-Valera, Revisión 1960).
Cuando usted empieza a
codiciar
cosas materiales usted les
"sirve". Gasta su
tiempo,
su
energía,
su
dinero
en ellas.
En tal situación, usted no tiene tiempo ni energía para
ESTU–
DIAR
realmente la Biblia, o para dedicar una hora en ferviente
ORACIÓN
delante del Ser que le da la vida y el aliento. Y descubre
que se ha vuelto "tacaño" y envidioso del dinero que le debe a su
Hacedor para financiar la proclamación de su verdad.
. Por este simple proceso, las cosas materiales que codicia y
ansía
se convierten en su
"mos".
Porque usted en verdad les sirve
y las adora - y se encuentra conque en su vida no le queda mucho
tiempo, ni energía ni dinero para
SERVIR
al Dios verdadero con
todo su entendimiento, toda su fuerza, y su corazón.
¿Lo ve usted?
La codicia es
CRUEL Y MALIGNA -
porque
corta
al individuo
de la asociación, las bendiciones y el amor del gran Dios de los
cielos que hizo
TODO
cuanto existe - y cuyo propósito es que esta
creación material se use en su servicio y para su gloria.
Y, en la vida diaria, la codicia viola el principio básico del
CAMINO DE VIDA
señalado por todos los mandamientos de Dios y
por Jesucristo mismo. Jesús abrevió este principio cuando dijo:
"Bienaventurada cosa es dar antes que recibir"
(Hechos 20:35).
Si usted lucha y se esfuerza por ver cuánto más puede
dar
a