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Capítulo 111
EL TERCER MANDAMIENTO
¿E
s Dros realmente lo
primero
en su vida personal? Hace
unos años los resultados de una encuesta entre 1.500
estudiantes universitarios indicaron que éstos tenían dos
clases de valores hacia los cuales profesaban lealtad: el primer
nivel, hacia el yo, la
familia
y los
amigos;
el segundo nivel, hacia la
humanidad
(en general) y
Dios.
Es de notar que estos jóvenes de educación "avanzada" relega–
ron a Dios a un último plano. Con todo, en esta misma encuesta, el
90% de los interrogados indicó
creer en Dios.
Este predominante letargo espíritual y pasiva írreverencia
hacia Dios y hacia la MAGNITUD de su oficio y poder, son indicios
de una creciente tendencia que está desarrollándose aún entre los
que son miembros de las iglesias y cristianos de profesión.
A
la
gente le agrada hablar acerca de religión y de Dios, pero no sienten
ningún temor reverencial ante su
posición
ni su NOMBRE.
¡Y este cáncer espíritual tiene dentro de sí las semillas de la
DESTRUCCIÓN de nuestra civilización!
El tercer mandamiento
En el estudio del primero y el segundo mandamientos encon–
tramos que debemos guardarnos de erigir "dioses" de cualquiera
cosa, idea u objeto- y ponerlos en lugar del verdadero Dios. Nos
enteramos de que Dios nos manda adorarle
directamente-
andar
con El, hablar con EL, CONOCERLE verdaderamente y adorarle
en
espíritu
y en verdad.
El
tercer mandamiento
tiene que ver con el nombre de Dios,
su
oficio,
su
posición
como soberano GoBERNADOR del universo:
"No TOMARÁS EL NOMBRE DEL ETERNO TU Dros EN VANO; POR–
QUE NO DARÁ POR INOCENTE EL ETERNO AL QUE TOMARE SU
NOMBRE EN VANO" (Exodo 20:7).