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Capítulo IV
EL CUARTO MANDAMIENTO
"N
UESTRA juventud ya no sólo está en rebeldía, sino en una
condición de abierto y activo motín". Tales fueron las
palabras del prominente psiquiatra, Dr. Robert Linder,
durante un discurso que pronunció en la ciudad de Los Angeles,
California, EE.UU.
Y
continuó:
"Tenemos que valorar de nuevo el
significado de la vida".
¡Por qué nació usted!
Sí ¿cuál es el "significado de la existencia"? ¿Cuál es la verda–
dera META en la vida y cuáles son las LEYES vitales mediante las
cuales esa meta puede ser alcanzada?
¿Cuánto TIEMPO emplea usted cada semana en considerar
estas cuestiones que son
las más
importantes de la vida?
La mayoría de las personas están tan ocupadas en los diarios
afanes, en hacer rendir sus ingresos PECUNIARIOS, que casi no
dedican tiempo a los asuntos espirituales. Si se les pregunta acerca
de estudio bíblico u oración, los más contestan que "simplemente
no tienen tiempo" para actividades religiosas de esa índole.
El hombre está tan engolfado en su trabajo durante el día; la
televisión, el cine, las fiestas y los deportes en las horas libres y
fines de semana, que CARECE
totalmente,
aún de los conocimientos
más rudimentarios acerca de sus propias creencias religiosas.
Y
es
tan
puerilmente
IGNORANTE de las verdades fundamentales de la
Biblia, que en la mayoría de los casos no puede ni siquiera nom–
brar, en el debido orden, los cuatro evangelios!
Para él Dios es algo "muy lejano". La Biblia es "para que la
lean y la entiendan los viejos y los predicadores". Pero a pesar de
todo, proclama que "espera mejorarse" algún día.
La cuestión es - ¿CUÁNDO? ¿Cuándo se tomará TIEMPO para
conocer realmente a Dios? ¿Cuándo se tomará tiempo para estu-