Página 59 - Spanish

Versión de HTML Básico

EL QUINTO MANDAMIENTO
61
Un pecado común
Para perpetua
VERGÜENZA
de nuestra sociedad que profesa ser
cristiana, millares de padres ancianos se ven reducidos a subsistir
con la exigua ración que les llega a través de las agencias guberna–
mentales. En muchos casos los hijos pueden, pero simplemente
NO
QUIEREN
proveer comodidades adicionales a sus padres.
Jesucristo dio una de las más eficaces interpretaciones del
quinto mandamiento en cuanto a su aplicación al problema antes
mencionado. En su tiempo, los hombres pretextaban no poder dar
a sus padres lo necesario, alegando que los fondos que pudieran
usar para beneficio de sus progenitores eran "Corbán", que quiere
decir dedicados al servicio del altar. Estos fondos
no
eran parte del
diezmo de Dios, sino una
ofrenda
que según ellos se empleaba para
ganar favor en su acceso a Dios.
Reprochando a aquellos hipócritas religiosos, Jesús dijo: "Bien
invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre; y El que
maldijere al padre o a la madre, morirá de muerte" (Marcos 7:9-
10).
Ahora tome nota del modo de "razonar" de aquellos hipócritas
para interpretar a su manera el quinto mandamiento de Dios.
Jesús continuó: "Vosotros decís: Basta si dijere un hombre al
padre o a la madre:
Es Corbán
(que quiere decir, don mío a Dios)
todo aquello con que pudiera valerte,
y no le dejáis hacer más por
su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con
vuestra tradición ..." (versículos 11-13).
Jesús
CONDENÓ
a aquellos farsantes. Sus palabras claramente
enseñan que el cristiano
DEBE
dar ayuda moral y económica a sus
padres ancianos si le es posible y suplir las necesidades de éstos
cuando así lo requieran las circunstancias. El cristiano
JAMÁS
debe
excusarse bajo el pretexto de que todos sus fondos extra están
"dedicados a Dios".
El asistir y ayudar a nuestros padres es parte
de
nuestra
obediencia al quinto mandamiento.
El ejemplo personal de Jesús
Jesucristo
VIVÍA
el mensaje que enseñaba. Su vida personal es
una dramática ilustración de
obediencia
al quinto mandamiento.
Justamente antes de su muerte, Jesús dijo: "Yo también he