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LOS DIEZ MANDAMIENTOS
guardado los mandamientos de mi Padre" (Juan 15:10). Mediante
la
obediencia
rendida a su Padre celestial, y también a sus padres
humanos, Jesús creció en
sabiduría
y
madurez
aún en su tierna
juventud.
Refiriéndose a la niñez de Cristo, Lucas consigna: "Y el niño
crecía y se iba fortaleciendo
en espíritu,
y llenándose de
SABIDU–
RÍA;
y la
gracia
de Dios era sobre él" (Lucas 2:40, Versión
Moderna).
Luego leemos la extraordinaria narración de su viaje a Jerusa–
lén para celebrar la Pascua, cuando tenía 12 años. Después de los
días de los panes sin levadura, sus padres emprendieron el viaje de
regreso al hogar sin llevar a Jesús con ellos -porque suponían que
venía con el grupo de viajeros, entre los parientes y conocidos
(versículos 43-44).
Este incidente por sí mismo revela que los padres de Jesús
estaban seguros de que El era de fiar y juicioso - y confiaban en
que su Hijo venía con otros jóvenes de su edad entre la caravana
que se encaminaba a Nazaret. Siendo sus padres, José y María
habían llegado a conocerle de tal manera que
CONFIABAN
en su
obediencia y sabiduría.
Pero tras de andar camino de un día sin verle, perplejos por el
proceder de su hijo, quizás por primera vez en sus vidas, volvieron
a Jerusalén y finalmente encontraron a Jesús. Pero no le hallaron
en un salón de billar, ni en un club nocturno, ni en un lugar de
diversión, sino en el templo de Dios "sentado en medio de los
doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles". Jesús se había
quedado a investigar y a aprender más acerca de los caminos y
leyes de su
Padre celestial.
La sabiduría de Jesús en su juventud
Recordemos que El sólo contaba
doce
años de edad cuando se
quedó en Jerusalén. Pero sus padres le habían instruido basados en
la
Palabra de Dios.
Y El había
ESCUCHADO Y ASIMILADO SUS
instrucciones. Había
ESTUDIADO
diligentemente,
HABÍA CRECIDO
en el conocimiento y el entendimiento de los caminos de Dios.
Y ahora, aún en medio de aquellos eminentes doctores de la
Ley, Lucas escribe: "Todos los que le oían, se
maravillaban
de su
INTELIGENCIA
y de
SUS
respuestas" (v. 47).
Cuando la madre de Jesús le preguntó el por qué de su demora
en regresarse con ellos, El respondió: "¿Por qué me buscabais? ¿No