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EL SEXTO MANDAMIENTO
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"No
COMETERÁS HOMICIDIO"
(Exodo 20:13, traducción judía).
Muchas autoridades en materia bíblica están de acuerdo en
que la palabra "homicidio" es una versión más correcta del hebreo
original inspirado que la voz "matar". Porque es posible matar sin
cometer homicidio. Y es importante entender que la Israel antigua
recibió sólo la
letra
de la Ley de Dios, mientras que los cristianos
tienen que vivir también de acuerdo con el
espíritu
y el
máximo
propósito
de esa Ley, según fue magnificada por Cristo mismo.
Israel solamente entendía la letra
de la Ley
Bajo la letra original de la Ley, lo que este mandamiento
prohibía era el matar
intencionalmente,
o sea, el
homicidio.
Recuerde que en el mismo "Libro del Pacto" dado a Israel, Dios les
mandó
matar
o
ejecutar
a los que resultaran culpables de crímenes
capitales (Exodo 21:12-17). También, las instrucciones en Núme–
ros 35:9-34 demuestran que el
matar accidentalmente
no era con–
siderado como homicidio.
Pero aun en tales casos el herir de muerte sin malicia ni
intención era obviamente una terrible ofensa - y el homicida por
descuido o "casualidad" tenía que permanecer en una ciudad de
refugio por
varios años
-
hasta que moría el Sumo Sacerdote.
Así como la pena capital fue ordenada por Dios contra aque–
llos que cometían crímenes graves según la "letra" de la Ley, de la
misma manera las
guerras mandadas
a Israel no se consideran
como actos de asesinato en masa, sino como el cumplimiento de la
voluntad divina por medio de instrumentos humanos. Note que en
Deuteronomio 7:1-2, Dios mandó a Israel
exterminar
las tribus
paganas de la tierra de Canaán.
Esta
NO
era una guerra planeada por elementos humanos, no
había en ello venganza personal o malicia. Se trataba de la expresa
VOLUNTAD
del Todopoderoso Dios que da la vida - y el
único
que
tiene el derecho de decir cuándo se ha de quitar.
Además, la historia de ese entonces indica que las naciones
que componían Canaán eran
INICUAS
hasta el extremo- al grado
de
quemar vivos
a sus propios hijos en aviesos sacrificios humanos
ofrecidos a sus dioses paganos. En parte esta fue la sabia
razón
por
la que el Creador ordenó el exterminio de tales individuos en aquel
entonces.
Advierta que siempre que Dios permitió al hombre quitar la