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LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Capítulo VI
EL SEXTO MANDAMIENTO
E
STA
es una era de
ODIO
y violencia. Una era de intensa
rivalidad, competencia,
y
tensiones personales.
Las naciones de la Tierra - y los individuos que las
componen - ya están adaptando sus mentes y conciencias a la
probabilidad de
ASESINATO
en masa
-
y el posible
suicidio del
mundo.
Naturalmente, esta actitud es destructiva a los principios
espirituales e ideales de nuestra gente; y su efecto ya se deja sentir
AHORA
mismo -
aun en el momento de leer usted el presente
folleto.
El sexto mandamiento
La humanidad ha
abandonado
a Dios y su Ley. El hombre
moderno no conoce ni
TEME
al Creador y Dios verdadero. Día con
día los mortales
quebrantan impunemente
la gran
LEY
espiritual
de Dios. Y ahora están empezando a
sufrir el castigo.
La
obediencia
a los Diez Mandamientos detendría de inme–
diato la excrecencia del maloliente
INFIERNO
que tan rápidamente
se está pudriendo en lo que hoy llamamos "civilización".
Ya hemos visto las
BENDICIONES
que vienen por medio del
temor
y
respeto
al único Dios verdadero, mediante la
reverencia
a
su nombre y posición de autoridad, mediante la
santificación
de su
sábado, que mantiene al individuo en el verdadero conocimiento de
su Hacedor, y mediante la
honra
a nuestros padres y su alto cargo
que directamente refleja la paternidad de Dios y su amor por toda
la creación.
En todos estos mandamientos hemos visto
amor
y
sabiduría
y
BENDICIONES.
Y lo mismo es con el
sexto mandamiento.
En medio de los truenos y relámpagos y el Sinaí
ESTREME–
CIÉNDOSE
ante su presencia, El Todopoderoso con voz de trueno
dictó el sexto mandamiento: