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EL SEXTO MANDAMIENTO
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Cuando un agresor ataca, las gentes y las naciones de este
mundo REHUSAN confiar en que Dios puede librarles como libró a
Israel en el mar Rojo (Exodo 14). Hoy en día estamos divididos y
confundidos en lo que concierne a nuestra lealtad religiosa, política
y nacional. No hay un Moisés moderno que nos diga: "El Eterno
peleará por vosotros,
y
vosotros estaréis
tranquilos"
(Exodo 14:14).
En lenguaje más claro, diremos que no hay nación
sobre la
Tierra
que realmente conozca y CONFÍE en el verdadero DIOs
viviente como su protector sobrenatural en tiempo de guerra.
Por lo contrario, aparentemente es más fácil gastar inconta–
bles BILLONES de dólares y horas de vida humana en nuestro afan
de protegernos a nosostros mismos. Incontables millones de vidas
quedan tronchadas, baldadas o arruinadas.
Y
millones de jóvenes
reciben instrucciones sobre cómo convertirse en verdaderos asesi–
nos - ¡homicidas!
En efecto, una de las más devastadoras acusaciones contra la
guerra es que ésta origina el espíritu de
violencia
y HOMICIDIO en
naciones enteras.
¡Con razón
hay tanta violencia, crimen, adulterio y hogares
truncados en la estela de cada guerra! Más que ninguna otra cosa,
la guerra origina el
espíritu de homicidio.
Y
ese espíritu maligno
está cundiendo y agigantándose por todo el mundo hoy en día.
El gobierno de Dios terminará la guerra
Jesucristo vino a predicar las buenas nuevas del gobierno o
DOMINIO de Dios. Ese gobierno está basado en los Diez Manda–
mientos - la Ley espiritual de Dios.
Jesús
magnifició
dicha Ley y demostró su intento espiritual y
propósito. El enseñó que con sólo
aborrecer
a nuestro hermano, ya
somos espiritualmente
culpables de homicidio.
Jesús enseñó que
los hombres deben OBEDECER las leyes de Dios y prepararse para
calificar en su reino, mediante rendición a Dios, a fin de que sus
leyes - su carácter - sea implantado en ellos.
Cuando el gobierno de Dios venga a la Tierra, lo cual será ya
muy pronto, su LEY saldrá como el patrón de conducta de todas las
naciones (Miqueas 4:1-2). En ese entonces, Dios y sólo El hará la
guerra para castigar a las naciones rebeldes con perfecta sabiduría
y justicia.
¿Y
los individuos del mundo? "No alzará espada gente contra