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EL SEPTIMO MANDAMIENTO
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al matrimonio ulterior, y la infidelidad antes del matrimonio es
violación al mandamiento al igual que el adulterio cometido des–
pués de las nupcias.
En esta "permisiva" era moderna, es importante recordarnos
que Dios ha prometido pagar con la pena de
MUERTE
a los trans–
gresores del Séptimo Mandamiento. "El que cometiere adulterio
con la mujer de su prójimo indefectiblemente se hará morir, al
adúltero y a la adúltera" (Levitico 20:10).
Y para reiterarlo, Dios dice en el Nuevo Testamento: "La
paga del pecado es
MUERTE"
(Romanos 6:23).
¿PoR QUÉ
es el pecado de adulterio tan grande como para
devengar
muerte,
y, a juicio de Dios,
muerte eterna
en el lago de
fuego? He aquí la respuesta: La razón por la que el adulterio se
convierte en tan
COLOSAL
pecado a la vista de Dios, es que el
matrimonio es de tal manera precioso, justo y santo, que
POR
NINGÚN MOTIVO DEBE MANCILLARSE.
El
significado
del matrimonio y su gran
PROPÓSITO
en el plan
de Dios a toda costa debe darse a conocer en esta era de matrimo–
nios desdichados y hogares deshechos.
El propósito del matrimonio
Es imposible entender el verdadero
significado
del matrimo–
nio sin entender primeramente que las relaciones sexuales y el
matrimonio son
dádiva
y
mandato divino.
Dejar a Dios fuera de la
escena- como lo está haciendo la sociedad moderna- esodegra–
dar la unión matrimonial a mero animalismo.
Note el
PROPÓSITO
de Dios
al crear al hombre y su compañera:
"Y dijo el Eterno Dios [después de haber hecho solamente al
varón]:
No es bueno
que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea
para él" (Génesis 2:18). Dios vio que el hombre estaba
INCOM–
PLETO
de sí mismo, por lo que decidió hacerle una ayuda "idónea"
- alguien con quien el hombre pudiera
compartir
realmente su
vida.
Luego Dios puso frente a Adán al resto de las criaturas vivien–
tes y éste le dio a cada una su respectivo nombre. "Mas para Adán
no se halló ayuda que estuviese idónea para él" (versículo 20)
No
había otra criatura
realmente
COMO
Adán - una que pudiera
compartir sus penas y alegrías, sus esperanzas y sus sueños.
Y fue entonces cuando Dios creó a la
mujer
formándola con