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¿Dónde está la verdadera Iglesia?
la VIDA de Dios mismo. Habría recibido la MENTE de Dios al
recibir el Espíritu Santo, el cual se hubiera unido con su
espíritu humano. Habría tenido, pues, una estrecha relación
de padre-hijo con Dios.
Pero Adán prefirió "andar solo". En vez de convertirse en
hijo de Dios, aceptando la oferta que Dios le hacía de entrar en
su vida y de inyectarle su vida y su mente divinas, prefirió
tomar para sí la determinación y el conocimiento de lo que es
bueno y lo que es malo.
El árbol de VIDA habría hecho de Adán un hijo de Dios,
acercándolo a Dios en una relación padre-hijo. Jesús, el segundo
Adán, sí tuvo esta relación estrecha con Dios. Vino a llamar a los
pecadores para que se APARTARAN de este mundo, a UNIRNOS con
Dios, como habría podido suceder con el primer Adán. Jesús vino
a reconciliar con Dios a aquellos que Él llamara.
Jesús enseñó el evangelio del reino de Dios, o sea la familia
de Dios gobernadora del universo. No vino a reparar la
estructura defectuosa y podrida de un edificio que es la FAMILIA
del primer Adán, sino a llamar a su Iglesia, la FAMILIA de Dios,
para sacarla de este mundo y unirla con Dios.
El dios de este mundo
El mundo actual es de SATANÁS. Él es el dios de este
mundo (11 Corintios 4:3-4).
Satanás quiso matar al niño Jesús. Pretendió destruirlo
con tentaciones cuando Jesús tenía unos 30 años de edad.
Hizo martirizar
a
la mayoría de los apóstoles. Quiso destruir la
Iglesia de Dios desde su fundación. Pero la Iglesia estaba
construida sobre el fundamento de una roca, "y la roca era
Cristo"
(1
Corintios 10:4). La Iglesia comenzó bien, no
obstante los esfuerzos de Satanás por aplastarla. Jesús había
dicho que las puertas del sepulcro (en griego,
Hades)
no
prevalecerían contra ella. Vendrían lluvias, tormentas y
ventarrones, pero la Iglesia permanecería.
¿PoR QUÉ SATANÁS PRETENDÍA DESTRUIRLA? Porque este
mundo es de Satanás. Es él quien ocupa su trono (Isaías
14:13), y la Iglesia de Dios llenará la tierra cuando el diablo y
su mundo sean destruidos. Cristo, cabeza de la Iglesia,
ocupará el trono donde hoy está sentado Satanás como
gobernante de este mundo.