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El matrimonio ... ¿destinado a desaparecer?
gobierno
y como tal es también un
reino:
el Reino Supremo.
Cuando Jesús predicó el Reino de Dios, se refería a
la
familia de Dios y habló de cómo
NOSOTROS,
los seres humanos,
podemos nacer como miembros de ella, por medio de Cristo.
Jesús enseñó: "El que no naciere de nuevo, no puede ver
el reino de Dios" (Juan 3:3). Dios
Es
aquel Reino. Dios se
compone de espíritu (Juan 4:24). Los humanos no pueden ver
el espíritu. No podemos ver a Dios. Y como Dios es el Reino de
Dios, no hay ojo humano que pueda ver ese Reino. (Ofrecemos
a nuestros lectores un folleto que se titula
El Reino de Dios,
¿sabe usted qué es?
Como todas nuestras publicaciones, este
importante folleto se envía
gratis
a quienes lo solicitan.)
Engendrado, luego nacido
Ahora continuemos leyendo:"... el que no naciere del agua y
del Espíritu,
no puede entrar
en el reino de Dios" (Juan 3:5).
Aquí Jesús está diciendo que cuando nosotros nazcamos por
segunda vez, de Dios, podremos entrar en el Reino de Dios. El
Reino es algo en lo cual podemos entrar por un segundo
nacimiento.
Podemos nacer como miembros de ese Reino.
Luego, en los versículos 6 al 8, Jesús explica que nosotros
nacimos de la carne, o materia, y por eso
somos
ahora carne
material. Pero cuando nazcamos de nuevo, esta vez del
espíritu (espíritu divino), entonces nosotros
seremos
espíritu
como lo es Dios. Ya no seremos carne y sangre.
Antes de nacer como seres humanos, fuimos engendrados
por un padre humano. Fuimos engendrados primero y luego
nacimos. Hemos nacido una vez y podemos nacer
otra vez.
Empero, esa vez tendremos que ser
engendrados
por el
Espíritu, es decir por Dios, a fin de
NACER
de Dios.
Es muy sencillo. En la Biblia está muy claro.
Lo
extraño
es que casi nadie lo entiende.
En la Fiesta de Pentecostés (llamada en el Antiguo
Testamento la Fiesta de las Primicias o de las Semanas) poco
después de
la
resurrección de Cristo y su ascensión al trono de
Dios en el cielo, el apóstol Pablo dijo: "Arrepentíos, y
bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo
para perdón de los pecados; y recibiréi..'l el don del Espíritu
Santo" (Hechos 2:38).
Entonces el Espíritu Santo de Dios, su propio Espíritu