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¿Es Dios una Trinidad?
dad y fuerza, y en consecuencia, se propuso ponerle fin al
problema. Le fue sugerido, quizás por el obispo español
Hosius que tenía influencia en la corte, que la reunión de
un sínodo con representación de toda la iglesia oriental y
occidental, podría restablecer la armonía. El mismo Cons–
tantino ni sabía ni tenía interés sobre el tema en discusión,
pero deseaba sobremanera ponerle fin a la controversia, y
le pareció bueno el consejo de Hosius" (A
History of Chris–
tian Thought,
Historia del pensamiento cristiano, Vol. I,
pág. 258).
La decisión respecto a cuál de los dos hombres debía
seguir la Iglesia, constituía una arbitrariedad. A Constan–
tino poco le importaba qué camino se escogía, sólo le
interesaba que la Iglesia se uniera. (Ario fue desterrado,
pero más tarde fue llamado por Constantino, examinado y
declarado sin herejía.)
La mayoría de los presentes en el concilio no estaban
preparados para tomar parte en la controversia. "Sólo un
grupo atenuado de arios y unos pocos delegados que se
aferraban inconmoviblemente al punto de vista alejan–
drino [de Atanasio] tenían una posición definida respecto
al problema de la relación de Cristo con Dios. La mayoría
de los miembros se hallaban entre los dos extremos.
Rechazaban la fórmula de Ario, y no aceptaban las de sus
oponentes ... la votación no fue el criterio de la convicción
interior del concilio"
(Enciclopedia Británica,
lla ed.,
artículo "Concilio de Nicea", pág. 641).
El concilio rechazó, con razón, las ideas de Ario, pero
no tenía con qué reemplazarlas. Entonces prevalecieron
las ideas, también con apoyo minoritario, de Atanasio. El
rechazo del arianismo no constituyó una abierta acepta–
ción de Atanasio. No obstante, desde entonces, la Iglesia se
ha visto "comprometida", por decirlo así, a sostener,
correcta o incorrectamente, la decisión tomada en Nicea.
Después de aquel concilio, la Trinidad se tornó en
dogma oficial de la Iglesia, pero no terminó allí la contro–
versia. En los años siguientes fueron muertos más cristia–
nos
por otros cristianos
a causa de aquella doctrina, que
los asesinados por todos los emperadores paganos de
Roma. Sin embargo, a pesar de tantas controversias y
matanzas, ninguna de las dos partes tenía bases bíblicas.