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La primogenitura fue retenida durante 2520 años
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como aquellos israelitas, también lo despreciamos prefiriendo
la "esclavitud" del
PECADO;
nos falta
FE
para seguir adelante y
POSEER
el reino de Dios. Nosotros también nos rebelamos,
dudamos y desobedecemos. Y quienes desprecian así el reino
glorioso, no entrarán en él ni gozarán de la vida eterna llena de
felicidad y realizaciones.
A ese pueblo rebelde Dios dijo: "En este desierto caerán
vuestros cuerpos ... Vosotros a la verdad no entraréis en la
tierra ... exceptuando a Caleb ... y a Josué ... Pero a
vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo
los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros
despreciasteis" (Números
14:29-31).
Luego añadió: "Y vuestros hijos andarán pastoreando en
el desierto
cuarenta años,
y ellos llevarán vuestras rebeldías,
hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto"
(versículo
33).
Ahora vemos el principio según el cual
un día representa
un año:
"Conforme al número de los
dtas,
de los
cuarenta dtas
en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades
cuarenta años, un año por cada dta;
y reconoceréis mi
castigo" (versículo
34).
El castigo fue que se
RETUVO
la
bendición prometida durante estos 40 años.
De nuevo la ldolatria
Esa generac1on de israelitas no pudo entrar en la tierra
prometida. Duró 40 años en el desierto y fueron sus hijos
quienes entraron en Canaán, dirigidos por Josué.
Y luego, ¿qué ocurrió?
Se dedicaron a ocupar su tierra prometida, a lanzar fuera
los reinos que estaban allí, y en vida de Josué sirvieron a Dios
y prosperaron. Iban en buen camino para heredar las
bendiciones de la primogenitura en
sus
días. Pero muerto
Josué "y toda aquella generación también ... se levantó
después de ellos otra generación que no conocía al Eterno, ni
la obra que él había hecho por Israel. Entonces los hijos de
Israel hicieron lo malo ante los ojos del Eterno, y sirvieron a
los baales. Dejaron al Eterno Dios de sus padres ... Y se
encendió contra Israel el furor del Eterno, el cual los entregó
en manos de salteadores, que los despojaron, y los vendió en
manos de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer