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La primogenitura fue retenida durante 2520 años
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Sin embargo, bajo el "antiguo pacto" del monte Sinaí, la
nación seguía siendo de Dios. Él continuaba tratando con
Israel y no se "divorció" de ella hasta 721-718 A.c., como
veremos luego.
Bajo Saúl sufrieron. Comenzaron a prosperar bajo el rey
David, y en la época de Salomón alcanzaron un alto nivel de
prosperidad, pero aún no habían llegado a la posición de
dominio mundial que se les había prometido según la
primogenitura. La prosperidad de Salomón lo llevó a la
idolatría, y la nación volvió a violar la
condición
necesaria
para recibir la promesa.
Cuando Roboam, hijo de Salomón, ascendió al trono,
amenazó con imponer tributos aun más fuertes. Entonces la
nación lo rechazó y estableció como rey a Jeroboam, de la
tribu de Efraín.
Una nación dividida
El resultado fue la división del reino: Judá se separó del resto
de la nación con el fin de retener la dinastía davídica, y junto
con Benjamín y la mayor parte de Leví, formó una nación
nueva, llamada el reino de Judá. Ya no portaba el nombre
nacional de "Israel". El pueblo de este reino de Judá, recién
formado, llegó a conocerse como el pueblo judío. El reino de
Israel, que ocupaba la parte norte de Palestina, nunca llevó el
nombre de "judío".
Ahora la promesa de la primogenitura y la del cetro
se
separaron,
yendo una a cada nación. Recordemos que Efraín
y Manasés compartían la primogenitura, y
si
la hubiesen
heredado en esa época, las demás tribus de Israel habrían
participado automáticamente de esas bendiciones, puesto que
pertenecían a la misma nación.
Pero bajo Jeroboam la nación de ISRAEL, compuesta
ahora por 10 tribus, violó flagrantemente las leyes de Dios y
en particular los dos mandamientos de prueba. Uno de los
primeros actos de Jeroboam fue instituir la idolatría, y
cambió
la observancia de algunas de las fiestas de Dios, pasándolas
del séptimo al octavo mes. También hay indicios de que
cambió el sábado de Dios del día séptimo al "octavo" (primero
de la semana), como veremos más adelante.
Aun después de todo esto, Dios le dio a la nación muchas