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La grandeza nacional prometida a Israel
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mundiales y la base de la salvación espiritual personal. Son la
esperanza de vida eterna para todo ser humano. Estas son
promesas magníficas. El Dios Creador basó en ellas el futuro
de toda la humanidad.
Jesucristo vino "para confirmar las promesas hechas a los
padres" (Romanos 15:8), los cuales fueron Abraham, Isaac y
Jacob.
Una persona escéptica, con una mente hostil a Dios y a
sus promesas y propósitos, subestima estas profecías,
diciendo: "Pero, ¿cuáles son estas naciones? ¿Naciones al
estilo siglo 20? ¿Naciones de 100 millones de habitantes? No
seamos tontos. Los hombres que escribieron la Biblia no
tenían noción alguna de países grandes
tal
como los hay en la
actualidad. Se referían sólo a países pequeños como los que
existían entonces, países cuyos habitantes no sumaban máS de
los de una ciudad de hoy. ¿Y qué área estaba comprendida en
la promesa? Se supone que Dios prometió en herencia la tierra
de Canaán, como se menciona en el versículo 8 de Génesis 17.
Entonces, al prometer la tierra nuevamente a Jacob, la· única
extensión incluida fue 'la tierra en que estás acostado'
(Génesis 28:13). ¿Cuál era su extensión? No más de un
rectángulo pequeñísimo, quizá de dos metros de largo por uno
de ancho".
Alguien realmente se atrevió a lanzar semejante argu–
mento.
Respondámosle. Veamos qué fue lo que se prometió en la
.fase de las promesas relacionada con la descendencia de
Abraham, las promesas físicas, materiales, nacionales. La fase
espiritual la explicamos en otros libros y artículos.
El escéptico discute
Acabemos primero de escuchar la mencionada refutación:
"Esa promesa acerca de las naciones fue escrita en hebreo, y
la palabra hebrea traducida como 'naciones' o 'muchedum–
bre de gentes' en español, es
goi,
plural
goiim
para indicar
más de una. Esta palabra hebrea significa simplemente
'gente'. Podrían ser unos pocos hijos o nietos de
Abraham".
Hacemos mención de esto porque un llamado "estudio–
so" hizo esta misma afirmación, pretendiendo así rechazar