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La llave maestra de la profecía
toda esta importante verdad. Si el lector se toma el trabajo de
buscar el significado de la palabra hebrea
goi,
se dará cuenta
de que quiere decir "nación", o en plural "naciones" o
"gentes", cualquiera que sea la magnitud de la población. Esta
es la palabra que más frecuentemente se usa en el Antiguo
Testamento para señalar las distintas naciones del mundo,
incluso
las
más grandes. En la profecía de Joel 3:2, Dios dice
que reunirá a "todas las naciones". Esa profecía se refiere a un
tiempo futuro, a este siglo 20, y la palabra hebrea que allí se
usa es
goiim,
para referirse a naciones tales como Rusia,
Alemania, Italia, China, India ... bastante grandes todas
ellas.
Además, Dios prometió que los descendientes humanos,
carnales, de Abraham se convertirían en "una nación grande"
(Génesis 12:2). Le dijo: "te multiplicaré en gran manera"
(Génesis 17:2), "serás padre de muchedumbre de gentes"
(versículo 4), y "te multiplicaré en gran manera, y haré
naciones
de ti" (versículo 6). A medida que vamos leyendo
otras profecías y promesas, vemos que el lenguaje bíblico está
hablando de naciones grandes y poderosas.
Ahora bien, ¿cuánto territorio? En Génesis 17:8 Dios
prometió "toda la tierra de Canaán", pero en otros pasajes
prometió mucho más aún. Génesis 15:18 nos dice: "Aquel día
hizo el Eterno un pacto con Abram, diciendo: A tu
descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el
río grande, el río Éufrates". El Éufrates queda bastante lejos,
hacia el oriente, en la antigua tierra de Babilonia que hoy es
Irak.
Por último, todos los argumentos de este escéptico
quedan desbaratados y ridiculizados al leer el versículo que
sigue al que él mismo citó cuando sustuvo que la promesa
incluía solamente un pedacito de tierra de dos metros por uno:
"Será tu descendencia como el polvo de la tierra,
y
te
extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur" (Génesis
28:14). Aquí el tamaño de las "naciones" o de la "muche–
dumbre de gentes" se compara con el número de partículas de
polvo que hay en el mundo. En otros pasajes Dios compara las
poblaciones de estas naciones prometidas, con los granos de
arena en la playa y con las estrellas ... una multitud
incontable.