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La llave maestra de la profecía
hombres,
pero
NO
anularía este pacto. ¡El trono permanecería
para siempre de todas maneras!
4) Nótese especialmente que en caso de desobedecer,
Dios
no
quitaría el trono como sí lo hizo con Saúl. ¿Cómo se lo
quitó a Saúl? ¡Terminando su dinastía! Ningún hijo de Saúl se
sentó jamás sobre su trono. En cambio, la dinastía de Salomón
no tendría fin; el castigo de la desobediencia llegaría por mano
de
hombre.
5) Dios estableció su trono firmemente con David y con
Salomón. Si el trono de David dejara de existir, aun por el
término de una generación, ¿podríamos afirmar que había
sido establecido para
siempre
como Dios aquí lo promete?
¡He aquí un hecho tan poco comprendido como
cualquiera en la Biblia! Dios Todopoderoso hizo con David un
pacto absolutamente obligatorio (y veremos exactamente
cuctn
obligatorio), garantizando
incondicionalmente
que a
partir de aquel momento, ¡jamás habría una generación sin un
descendiente de David sentado sobre ese trono y gobernando
a hijos de Israel! Era la promesa garantizada de una dinastía
continua e inquebrantada, por todas las generaciones, para
siempre.
¡Es difícil de creer! Sin embargo, Dios así lo prometió y
garantizó.
No habría condiciones, nada podría evitarlo; los
pecados del pueblo no lo alterarían, ¡la promesa permanecería
inmutable!
El final de la historia
¿Dónde se encuentra aquel trono hoy? La historia bíblica
presenta una serie de reyes, todos descendientes de David,
que perpetuaron una dinastía continua hasta el año 585
A.c.
En ese año el rey Sedequías, último del relato bíblico que se
sentó sobre aquel trono, fue capturado por los ejércitos del rey
Nabucodonosor de Babilonia. Después de sacarle los ojos·, lo
llevaron a Babilonia donde murió prisionero.
Además, todos sus hijos fueron muertos. Todos los nobles
de Judá que no estaban ya presos o esclavizados en Babilonia
fueron asesinados, de modo que ninguno sobrevivió para
ocupar el trono de David. Los caldeos destruyeron a
Jerusalén, quemaron el templo y las casas reales, y se llevaron
cautivos y esclavos a los judíos. Ciertamente no hay