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LA MISTERIOSA
COMISION DE
JEREMIAS
Capítulo VIl
T
LEGAMOS AHORA a una de las partes más extrañas y
U
fascinantes de esta historia de Israel; es el vínculo mismo
entre la profecía y su cumplimiento, pero es una parte
que los teólogos no
han
sabido reconocer aún.
La casa de Israel, o sea el reino del norte cuya capital era
Samaria, había sido exiliada en cautiverio a Asiria en los años
721-718 A.c. El reino de JunA permaneció en la parte sur de
Palestina, llamada Judea. En ese entonces Judá, como nación,
aún no había rechazado la religión y el gobierno divinos. Dios
mantenía su pacto con David, de modo que la dinastía de este
rey permanecía en el trono sobre
una parte
de los israelitas: la
tribu o casa de JunA.
Pero desaparecida Israel, Judá también abandonó los
caminos y el gobierno de Dios y se lanzó tras los caminos de las
naciones gentiles, cometiendo pecados aun peores que los de
Israel. Por fin, el Eterno también castigó a Judá con el
cautiverio y la esclavitud.
Antes
de la apostasía de Judá, Dios había dicho por
medio del profeta Oseas: "Si fornicas tú, IsRAEL, que al menos
no peque JunA" (Oseas 4:15). Pero más tarde el Eterno dijo a
Jeremías: "¿Has visto lo que ha hecho la apóstata ISRAEL?
Ella ... ha fornicado ... y lo vio su hermana la traidora JunA.
Ella vio que por haber cometido adulterio la apóstata IsRAEL,
yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo
temor la pérfida JunA su hermana, sino que
también fue ella,
y fornicó ... Ha resultado justa la apóstata IsRAEL en
comparación con la desleal JunA" (Jeremías 3:6-11).