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la mente humana
también grabada en la "materia gris" del cerebro. El espíritu
humano también le da al hombre facultades morales
y
espirituales que los animales no poseen.
Dios le había concedido a Adán el acceso a aquel segundo
espíritu: el Espíritu Santo. Pero cuando Adán se rebeló
y
comió del fruto prohibido, Dios lo expulsó de su primera
morada
y
cerró todo acceso al árbol de la vida, el cual
simbolizaba el Espíritu Santo.
Sin embargo, por medio de Cristo, quienes se arrepientan
pueden recibir el DON de Dios, que es su Espíritu Santo. Cristo
dijo a Nicodemo: "El que no naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios". Por supuesto, Nicodemo no pudo comprender
plenamente el significado de aquellas palabras,
y
en la
actualidad casi nadie las entiende. "Lo que es nacido de la
carne, CARNE
ES",
explicó Cristo (Juan 3:6). El hombre fue
hecho de los elementos físicos de la tierra; el ser humano
ES
carne. Jesús no estaba hablando acerca de otro nacimiento
físico
ni de la experiencia de la conversión cristiana, sino que
se refería a un nacimiento
espiritual,
después del cual el
hombre
SERA
espíritu. Ya no estará compuesto de materia
sino totalmente de ESPÍRITU. ¡Sí, en sentido LITERAL! Entonces
habrá nacido de Dios, quien es espíritu (Juan 4:24).
Cada ser humano, para llegar a tener vida humana, tuvo
que ser engendrado por un padre humano. De igual forma,
para nacer
de nuevo,
es decir, para nacer como hijo ESPIRITUAL
de Dios Padre, uno debe ser
engendrado
por el PADRE
ESPIRITUAL: Dios.
Esto se explica en Romanos 8:16-17: "El Espíritu mismo
[de Dios] da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios. Y si hijos, también herederos [aún no poseedores];
herederos de Dios
y
coherederos con Cristo ..."
El Espíritu Santo de Dios, combinado con el espíritu
humano en la mente, hace dos cosas: (1) engendra al ser
humano con vid·a divina
y
eterna para que pueda NACER más
tarde dentro de la FAMILIA DE DIOs como un ser divino
compuesto enteramente de espíritu
y
(2) le imparte a la mente
humana la facultad de comprender el conocimiento espiritual,
es decir, de entender las cosas de Dios (1 Corintios 2:11).
Además, el Espíritu Santo de Dios imparte el AMOR, la FE
y
el
PODER divinos para vencer a Satanás
y
al pecado.