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La mente humana
estrecho contacto diario con nuestro Creador, por su espíritu y
el nuestro (recordemos que el Espíritu Santo "da testimonio a
nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios", Romanos 8:16),
entonces Dios moldea y configura nuestro carácter conforme
al suyo propio. Si El nos hubiera hecho de espíritu, una vez
que hubiésemos pecado esto no podría llevarse a cabo.
Ahora bien, sabemos, como lo señaló Job, que el hombre
está sujeto a la muerte para después tener vida nuevamente
mediante una resurrección. Cuando el hombre muere, cesan
todos sus pensamientos (Salmos 146:4; Eclesiastés 9:10); su
cerebro cae en la inconciencia y se descompone.
¿Con qué
CUERPO
resucitaremos? Esta pregunta tiene su
respuesta en 1 Corintios 15:35-38: "Pero dirá alguno: ¿Cómo
resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? ... lo que
siembras [por la sepultura en la tierra]
no
es el cuerpo que ha
de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano;
pero Dios le da el cuerpo como él quiso".
El cuerpo que muere no es el mismo que se producirá en
la resurrección.
Llegamos ahora a un aspecto
MUY IMPORTANTE
de nuestro
estudio del espíritu en el hombre, al que hemos denominado el
"espíritu humano". Este no imparte vida humana; tampoco
ve, oye ni piensa. El
HOMBRE
humano es el que toma
decisiones, y es en él que el carácter debe desarrollarse. El
hombre es la arcilla humana que Dios configura a imagen de
su propio carácter. El espíritu en el hombre
PRESERVA
lo que el
cerebro llega a conocer, incluso la actitud y las diferentes
facetas del
CARÁCTER.
En ese espíritu queda grabado no sólo lo
que entra en el cerebro sino también todos los aspectos del
cuerpo en su integridad, incluso las huellas digitales.
Podemos comparar este espíritu con el molde que usa un
escultor. Digamos que el escultor desea hacer una figura en
bronce; y supongamos que, entre muchos materiales, escoge el
barro para hacer el modelo. Una vez que el
mod~lo
ha sido
terminado, el escultor hace un
MOLDE
en base al modelo.
Luego, cuando el molde está preparado, el escultor vierte
dentro del mismo el bronce derretido. Finalmente, se quita el
molde y entonces aparece una reproducción
EXACTA
en bronce
del modelo original.
El espíritu que hay en cada ser humano hace las