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mismo en la parábola del hombre noble que se fue a un país
lejano (el cielo) para ser coronado y regresar a la Tierra (Lucas
19:12-27).
Jesús dijo una y otra vez que regresaría a la Tierra
(Mateo 24:27, 30-31, 42; 25:13; Marcos 13:26; Lucas 12:42-43;
17:24; 18:8; 19:12; 21:27; Juan 14:3, etc.). "Si me fuere y os
preparare lugar [posición, oficio, habitación], vendré otra vez,
y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros
también estéis" (Juan 14:3). En ese entonces estará en la
Tierra (Zacarías 14:3-4; 1 Tesalonicenses 4:16).
El Cristo vivo regresará con todo el poder y la gloria del
Dios Omnipotente, como "Rey de reyes y Señor de señores"
(Apocalipsis 19:11-21) para sofocar la rebelión de las naciones
en guerra (Apocalipsis 17:14) y para establecer el gobierno de
Dios sobre todas las naciones (Daniel 2:44; 7:9, 13-14, 18, 22,
27; lsaías 9:7).
No es de sorprenderse, pues, que toda la esperanza de un
verdadero cristiano está en la resurrección a la inmortalidad, a
la vida eterna (Hechos 23:6; 24:15), como cogobernante bajo la
dirección de Jesucristo. Jesús dijo: "Al que venciere y
guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las
naciones, y las regirá con vara de hierro ..." (Apocalipsis
2:26-27). Y agregó: "Al que venciere, le daré que se siente
conmigo en mi trono [en la Tierra] ..." (Apocalipsis 3:21;
Lucas 1:32-33) Apocalipsis 5:10 dice:"... reinaremos sobre la
tierra".
El apóstol Juan vio en una visión cómo sería el comienzo
de aquel reino y del gobierno mundial: "Y vi tronos, y se
sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar ... y
vivieron y reinaron con Cristo mil años" (Apocalipsis 20:4).
Jesús dijo que nadie podría ver o entrar en el reino de
Dios sin haber nacido de Dios (Juan 3:3-5). Explicó claramen–
te cuándo alguien nace de Dios. Los que nazcan de Dios
serán
espíritu
así como Dios es espíritu. Ahora, como seres
humanos, habiendo nacido de la carne, somos carne. Pero
Dios es espíritu (Juan 4:24). Cuando nazcamos de Dios
seremos espíritu
(Juan 3:6-8). Ahora somos polvo de la tierra
(1 Corintios 15:48). Somos "carne y sangre" terrenal, hechos
de materia (versículo 50). La carne y la sangre no pueden
heredar el reino de Dios (mismo versículo). No obstante,