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La educación
y
la religión
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ministros y los evangélicos (fundamentalistas), basándose en
lo que dice 11 Corintios 6:2, creen que este es el único día de
salvación. En algunas versiones de la Biblia dice: "en
el
día de
salvación". Esta es una frase tomada de Isaías 49:8, la cual
ciertas versiones traducen correctamente "en día de salva–
ción" o "en un día de salvación". Si Jesucristo hubiera estado
tratando de "salvar" al mundo, ya lo hubiera hecho. El mundo
no ha sido "salvo". Dios no usa como instrumento a una
babilonia de organizaciones confusas y en desacuerdo, dividi–
das por centenares de doctrinas y conceptos teológicos
diferentes.
El verdadero evangelismo mundial será administrado
desde la sede de la Iglesia, compuesta por seres resucitados
inmortales bajo la supervisión directa y personal del mismo
Jesucristo.
En la sede milenial de la Iglesia no habrá algo así como un
comité de "eruditos" intelectuales que decidan si las enseñan–
zas de Cristo son verdaderas o no. No había nada semejante a
esto en la sede de la Iglesia en Jerusalén durante el primer
siglo. Todas las doctrinas venían de Jesucristo por medio de
los apóstoles. Unas pocas veces Jesucristo les habló a los
apóstoles por medio de los profetas (no hay profetas en la
Iglesia de Dios hoy en día puesto que la Biblia está completa
para nuestro tiempo). La Iglesia actual, como en el primer
siglo, recibe las enseñanzas del Cristo vivo por medio de un
apóstol, tal como en el año 31 n.c.
Otra gran función administrativa de la sede de la Iglesia
será la dirección de todas las congregaciones individuales
alrededor del mundo. Estas congregaciones estarán formadas
por todos los que se conviertan (los que sean engendrados por
Dios mediante la recepción del don del Espíritu Santo),
aunque todavía sean mortales.
Así como el cristiano convertido en esta época debe
vencer, crecer y desarrollarse continuamente (11 Pedro 3:18),
los que vivan durante el milenio deberán hacer lo mismo.
Aunque no tendrán que vencer a Satanás (por haber sido
quitado de en medio) tendrán que vencer todos los malos
impulsos, hábitos o tentaciones generados en su propio ser.
Con una sola Iglesia, una religión, una fe, habrá muchas
congregaciones en cada ciudad y otras esparcidas en las áreas