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La educación
y
la religión
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4) Cada uno de estos hombres fue entrenado para que
desarrollara
empuje,
para que se aplicara constantemente las
espuelas, por así decirlo, no sólo para esforzarse más y realizar
más sino para alejarse de los malos deseos, ímpulsos o
tentaciones y seguir el camino recto de la ley de Dios.
Aprendieron a huir de la tentación. (Todos eran humanos;
todos pecaron, algunas veces gravemente, pero se arrepintie–
ron, sacaron provecho de los errores y vencieron todas estas
cosas.)
5) La vida de estos hombres fue una escuela en la que
desarrollaron
ingenio.
Dios permitió que tuvieran que afron–
tar muchos problemas, peligros y obstáculos para probar su
carácter. Aprendieron a hacer frente a los problemas y a
resolverlos, no a ser derrotados por ellos.
6) Estos hombres
perseveraron.
Mantuvieron sus ojos
fijos en la meta. Cuando la situación era tan difícil que ni aun
con todo su ingenio hallaban una salida, cuando todo parecía
perdido e inútil el tratar de seguir adelante, no se dieron por
vencidos, ¡nunca desistieron! Soportaron lo pesado y lo ligero;
perseveraron hasta el fin, perseveraron por la fe en Dios.
7) Además de reunir dichas características, estos hom–
bres confiaron en la
direcci6n y· en la ayuda de Dios.
Caminaron con El y le escucharon, bien fuera que les hablara
en persona o por medio de las Escrituras. Le pidieron
sabiduría y confiaron en El para que los guiara, los protegiera
y les ayudara en cada necesidad. Se sometieron a Dios y le
obedecieron.
Una comparación con los políticos de hoy
Ahora reflexionemos sobre esto. Pensemos en estos
hombres superiores y sobresalientes que
~ivieron
toda una
vida con esta actitud y este entrenamiento en los caminos del
éxito y la perfección. Imaginémoslos transformados por una
resurrección en la perfección de la inmortalidad. Tengamos en
cuenta que la inmortalidad, al infundir dentro de ellos el
poder y la gloria de Dios, multiplicará sus aptitudes,
habilidades y poderes tal vez millones de veces.
¡Esto es lo que Dios va a realizar! Este será el personal
ejecutivo de primer rango en la administración del nuevo
supergobierno mundial con Jesucristo a la cabeza.