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Un panorama del mundo de mañana
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Santo de Israel. Los afligidos y menesterosos buscan las aguas,
y no las hay; seca está de sed su lengua; yo el Eterno los oiré,
yo el Dios de Israel no los desampararé. En las alturas abriré
ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto
estanques de aguas, y manantiales de
aguas
en la tierra seca.
Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré
en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, para que
vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano
del Eterno hace esto, y que el Santo de Israel lo creó" (Isaías
41:14-20).
Agua pura
y
desiertos fértiles
¿Se imagina usted lo que será este fabuloso cuadro?
Desiertos convertidos en fértiles vergeles con árboles, arbus–
tos, arroyos y fuentes; con montañas habitables cuyo nivel
habrá descendido.
Observemos las descripciones que Dios nos da de estas
condiciones en varias partes de la Biblia:
"Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la
lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y
torrentes en la soledad. El lugar seco se convertirá en
estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la morada
de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y juncos"
(Isaías 35:6-7).
Léase todo el capítulo 35 de Isaías. Dios dice: "Se
alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y
florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se
alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada,
la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del
Eterno, la hermosura del Dios nuestro" (versículos 1-2).
Hace algunos años, en un cañón profundo, seco y
polvoriento perdido en una región montañosa del sur de
California, hubo un pequeño terremoto. Los propietarios de
un pequeño lugar de veraneo casi desconocido y muchas veces
desierto debido a la sequedad del paraje, estaban planeando
cerrar el lugar e irse a otra parte.
De repente se oyó el rugido estremecedor de un terremoto
que hizo cimbrar las colinas. Poco después de que
la
tierra
crujió y tembló bajo sus pies, oyeron un leve gorgoteo.
Entonces corrieron hacia el seco y polvoriento lecho del arroyo