Página 11 - Spanish

Versión de HTML Básico

¿Por qué la humanidad no puede solucionar sus males?
7
saben
POR QUÉ;
no piensan ni razonan ni se dicen: "¿Ladraré, o
no?" Es un instinto automático. La cabrita embiste a nuestro
perrito salchicha, llamado Sir Hans Armstrong, cuando está
disgustada con él. Hans pone expresión desconcertada; no lo
entiende, pues él carece de ese instinto. Y la cabrita, por su
parte, no entiende por qué Hans ladra.
El
HOMBRE,
en cambio, fue ideado para que necesitara
CONOCIMIENTO
a fin de llevar sus relaciones en dos sentidos:
1) para obrar con la materia y las cosas, y 2) para relacionarse
estrechamente con Dios y también con su prójimo.
Cuando Dios creó al hombre, lo dotó de una mente que
pudiera obrar con la materia y los objetos. En este sentido, el
hombre ha hecho prodigios. En cambio, su relación con Dios y
con otros seres humanos es de índole
ESPIRITUAL.
Esto, ¡el
hombre jamás lo ha comprendido! Adán no lo comprendió;
tampoco lo entienden los hombres más ilustrados de hoy.
El hombre tiene dentro de sí, desde su nacimiento, un
espíritu (en forma de esencia) que imparte intelecto a su
cerebro (intelecto limitado al campo de lo material). Pero le
hace falta
otro
espíritu: el de su Hacedor, es decir el Espíritu
Santo, sin el cual su mente está incompleta. Así como el recién
nacido no puede valerse por sí mismo, sino que necesita los
cuidados de sus padres, también el adulto es incapaz de estar
en armonía con su prójimo y con su Dios, y necesita la guía
espiritual, el conocimiento y la ayuda que provienen de su
Dios; sin esto, ¡el hombre es tan incapaz de resolver sus
problemas y dificultades como el recién nacido en brazos de su
madre! Pero el hombre nunca lo ha comprendido así. Se ha
sentido orgulloso de sí, y confiando en su propia capacidad, ha
optado por andar solo, sin Dios. ¡Y se ha acarreado un mundo
de problemas!
Pero consideremos ahora las diferencias entre el cerebro
humano y el animal.
¿En qué difiere la
MENTE
humana del cerebro animal?
Físicamente, el cerebro del hombre no es superior, excepto en
muy pequeño grado. Pero en el hombre hay un espíritu (Job
32:8), y no así en los animales. El hombre no es espíritu sino
materia del suelo. La esencia espiritual en el hombre entra en
él con su primera respiración. Tal espíritu no es el hombre
sino algo
dentro
del hombre. Si este tragara un objeto