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Seamos una Familia
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Haga a Dios parte de su hogar
¡Y sobre todo, deje de excluir a Dios de su hogar!
Inicie una hora matinal de oración junto con la familia, y
conviértalo en un hábito diario.
Recuerdo que cuando yo era niño, mi padre se sentaba
con la familia alrededor, y abriendo la Biblia, empezaba a ex–
poner y explicar ciertos pasajes. Generalmente, la escritura o
discusión en turno se relacionaba con problemas específicos de
la semana, o experiencias personales de los días anteriores, o de
algo que pudiera significar un reto en el curso de ese día parti–
cular. Después nos arrodillábamos, y empezando por mi padre
hasta mí que estaba en "la cola" por ser el más joven, orábamos
en voz alta durante unos cuantos minutos. ¡Yo sé que esto no
substituía en ninguna forma las oraciones diarias de mis padres!
Más bien, eran unos momentos
adicionales
de oración,
cuando
toda
la
familia
podía reunirse en armonía, bajo la debida
clase de gobierno, ¡para acercarnos más a nosotros y a Dios!
¡He
aquí cómo!
Los padres deberían escoger ciertos pasajes de la Escritura
y empezar una serie formal para que los hijos supieran a qué
atenerse. Mi esposa y yo empezamos con el libro de Proverbios, y
he descubierto desde entonces, que otros han escogido este libro
también. He sabido de otros que han empezado con los Salmos
o uno de los evangelios o con el libro de J osué o el de Jueces.
¡Su decisión debe ser aquella que parezca ser la mejor para
toda la familia
en cada caso particular! Pero el padre y la madre
deben escoger una porción determinada de la Biblia como punto
de partida. En seguida, aunque tengan que levantarse unos
minutos más temprano cada mañana, toda la familia debe
sentarse en la sala u otro lugar, y el padre debe leer la Biblia y
explicar unos cuantos pasajes.
¡Tal vez solo haya tiempo para un proverbio! La razón por
la cual escogí el libro de Proverbios es porque están llenos de
amonestaciones de cómo crecer en cuanto a entendimiento,
sabiduría, temor a Dios, y una miríada de escrituras relativas a
la obediencia que se requiere de los hijos.