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Todo acerca del -BAUTISMO
ninguno con sus propias manos. Sus discípulos lo hicieron
por El, por su autoridad. Y precisamente allí está
el
punto
que resuelve toda la cuestión. La persona idónea para hacer
la sumersión siempre debe ejecutarla en el nombre de Jesu–
cristo - lo cual
qui~re
decir por su autoridad, actuar por
Cristo como su discípulo.
Lo esencial es que Cristo es quien ejecuta el bautismo de
usted. El individuo que lo sumerge en el agua solamente
desempeña el acto físico por Cristo, en su lugar. Usted no
debe fijarse en el instrumento humano, una vez que lo haya
seleccionado escrupulosament-e como la persona idónea que
a su juicio es hombre de Dios, llamado y gobernado por
Cristo y usado por El en la obra de su verdadera Iglesia. Si
después éste se vuelve al mal camino, con todo, su salvación
no depende de aquel hombre ni de ningún otro mortal, sino
únicamente de Cristo. No es necesario ser bautizado de
nuevo por otro hombre.
Siempre existe el peligro de que usted se engañe respec–
to de la persona que cree capaz de actuar por Cristo en la
ceremonia del baútismo. Si éste dependiera del hombre,
usted tendría que poseer poderes divinos para leer mentes
y corazones y estar seguro. Tendría que ser sumergido
cincuenta veces antes de estar bien seguro de la idoneidad
del ejecutante- y aun asi, usted podría equivocarse. Basta
con tener todo el cuidado posible, como Dios le permita, al
seleccionar al hombre que actuará por Cristo en la ceremo–
nia - y entonces no mire al hombre - mire a Cristo ___:
considere que es Cristo quien le bautiza por medio de un
instrumento humano. Y si después el instrumento resulta
ser imperfecto, recuerde que todos los· seres humanos so–
mos imperfectos, pero que usted fue bautizado por y en el
nombre del único que ha sido perfecto, y puesto que el
bautismo fue en realidad efectuado por Cristo,
nunca
debe
ser repetido por otra persona.
¿Quién debe bautizar?
Ahora volvamos al ejemplo de Cristo. Durante su propio
ministerio terrenal, Jesús dejó que sus discípulos efectua–
ran esta sumersión por El. En ese entonces ellos aún no
estaban convertidos - no habían recibido todavía el