Versión de HTML Básico
Un mundo secuestrado
17
discernir entre los verdaderos valores y los falsos, entre lo
correcto y lo erróneo, y hacer lo correcto aun en contra de sus
propios deseos.
Adán, el primer hombre, sólo tenía una existencia física
temporal. Para que fuera engendrado y naciese dentro de la
familia de DIOS, primero, con su mente humana, tenía que
tomar la decisión de desarrollar, con la ayuda de Dios, ese
carácter perfecto.
Adán no tenía vida eterna, pero ésta le fue ofrecida por
medio del árbol simbólico de la vida que estaba en el huerto
del Edén.
Lucifer, cuyo nombre, a causa del pecado, fue cambiado
por el de Satanás, engañó a Eva para que tomara del fruto
prohibido del árbol simbólico de la ciencia del bien y del
mal.
Adán, el primer ser humano, se apropió la prerrogativa de
decidir él mismo
lo que es el bien y lo que es el mal.
En este episodio, revelado en Génesis 3, el hombre y su
familia humana (los hijos de Dios en potencia) fueron
secuestrados y se convirtieron en propiedad de Satanás. Ellos
optaron por seguir el CAMINO de Satanás, prefiriendo el
egocentrismo en lugar de la voluntad de Dios. Escogieron la
ley de Satanás en lugar de la ley espiritual de Dios. El pecado
es la transgresión de la ley de Dios (ver 1 Juan 3:4).
Así, el primer padre humano de la familia humana
rechazó el GOBIERNO de Dios. Al escoger el árbol prohibido, se
sometió a la ley básica del gobierno de Satanás. Adán y Eva
fueron en realidad secuestrados por Satanás, llevados por su
camino de vida. Ellos decidieron seguir el camino de vida del
secuestrador.
Adán pudo haber llenado los requisitos para RESTAURAR
EL GOBIERNO DE DIOs. Pero en lugar de hacerlo, él y su familia
humana (este mundo) fueron secuestrados, y hasta hoy el
mundo sigue siendo cautivo de Satanás, quien aún se sienta
sobre el trono de la tierra.
La civilización humana se desarrolló a partir de Adán y
Eva. Si Adán hubiera escogido el árbol de la vida, hubiera
entrado en una relación directa con Dios como hijo engendra–
do por medio del Espíritu Santo unido con su espíritu
humano. Hubiera tenido la capacidad de entender los