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El misterio de Israel
diente suyo, y que a través de Cristo nos llega la salvación.
Pero casi nadie sabe lo que es esa salvación, ni cuáles son
las promesas de salvación que podemos recibir a través de
Cristo, ni cómo podemos recibirlas, ni cuándo. Pero esto
sería tema de otro libro.
Lo
esencial dentro del tema de este libro es que Dios
también hizo otra promesa, completamente distinta, una
sorprendente promesa de tipo nacional y material que
ha
pasado casi totalmente inadvertida.
Leamos de nuevo cómo Dios llamó a Abraham y note–
mos la naturaleza
dual
de sus promesas: "Pero el Eterno
había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela,
y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré
de ti
UNA NACIÓN GRANDE •••
y serán benditas en ti
todaa
las
familias de la tierra" (Génesis 12:1-3).
Nótese la doble promesa: 1) "Haré de ti una nación
grande". Esta es la promesa material, nacional, de que sus
hijos carnales se convertirían en una
gran
nación; es una
promesa que tiene que ver con el
LINAJE.
2) "Y serán
benditas en ti todas las familias de la tierra". Esta es la
promesa espiritual que tiene que ver con la
GRACIA.
La
misma promesa se repite en Génesis 22:18: "En
tu simiente
serán benditas
todaa
las naciones de la tierra". Esta "si–
miente" se refiere a Cristo, como lo
afirma
claramente
Gálatas 3:8, 16.
Este es el punto donde los cristianos profesos y sus
maestros han caído en el error y la ceguera. No han captado
la doble promesa hecha por Dios a Abraham. Reconocen la
promesa mesiánica de la salvación espiritual a través de la
"simiente" que es Cristo, y creen que lo que se prometió fue
que el ser humano iría al cielo al morir.
Este es un punto clave, el punto donde el cristianismo
tradicional se
desvía
de la verdad. Aquí se aparta de lo que
le darla la llave maestra faltante, la clave para descifrar las
profecías. No se da cuenta de que Dios le dio a Abraham
dos tipos de promesas: unas concernientes a la
PROGENIE
tísica y otras a la
GRACIA
espiritual.
Debe quedar muy en claro que la promesa de la "nación
grande" se refiere a la progenie carnal. No es la misma
promesa de la "simiente" a la
cual
se refiere Gálatas 3:16;
esta última es la promesa de la venida de Jesucristo, hijo de
Abraham e hijo de Dios.
La
promesa de la "nación grande"
tiene que ver con la descendencia natural, carnal, plural, y
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