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El misterio del reino de Dios
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Pedro mencionó que el
JUICIO
había comenzado con la Iglesia
(1 Pedro 4:17). Aquellos que Dios ha llamado para que vengan
a Él por medio de Jesucristo en esta era de
la
Iglesia son
juzgados en esta vida. Pero el juicio no ha venido al mundo
en general.
¿Significa esto que el mundo está libre para cometer
pecado? De ninguna manera. Dios permite que las personas
pequen, mas todavía no las ha llamado a juicio por sus
pecados.
Después del milenio
Después del reinado milenial de Cristo y la Iglesia en la
tierra, vendrá el momento en que Dios
JUZGARÁ
a este mundo.
Un criminal puede cometer un crimen atroz, un asesinato,
pero no es juzgado ni condenado hasta que se le aprehenda
y se le llame a juicio ante un juez.
En el juicio final, con Cristo como juez, todo humano que
haya vivido recobrará
la
vida (Apocalipsis 20:11-12) y tendrá
que dar cuenta de los pecados cometidos en su primera vida.
Cuando Jesús regrese, los muertos
EN
CRISTO resucitarán
a la vida divina inmortal y los que estén vivos y
EN
CRISTO
a su venida, siendo guiados por su Espíritu Santo, se conver–
tirán instantáneamente en seres divinos inmortales. Éstos
gobernarán y enseñarán con Cristo y bajo Él durante los mil
años.
Los demás que hayan muerto no vivirán de nuevo hasta
finalizado el milenio (Apocalipsis 20:5).
El capítulo 37 de Ezequiel también muestra la resurrec–
ción en el momento del juicio. Este capítulo contiene la
profecía de los "huesos secos". La Biblia misma interpreta el
significado de dichos huesos en el versículo 11, donde dice que
son la casa de Israel: "He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos
se secaron, pereció nuestra esperanza ..." La profecía dice:
"Me dijo entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles:
Huesos secos, oíd palabra del Eterno. Así ha dicho el Eterno
el Señor a estos huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en
vosotros, y viviréis. Y pondré tendones sobre vosotros, y haré
subir sobre vosotros carne, y os cubriré de piel, y pondré en
vosotros espíritu, y viviréis; y sabréis que yo soy el Eterno"
(versículos 4-6).