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Los ángeles
y
los espíritus malignos
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Me daba cuenta de que muchas personas no compren–
dían
la
necesidad de guardar los 10 mandamientos de Dios y
que Él mira el
corazón.
Lo importante es el
espíritu,
el
deseo
de obedecer. Por lo tanto, hay quienes reciben
la
sanidad
cuando realmente
CREEN
aunque no guarden estrictamente
todos los mandamientos. Pero una vez que
saben
la verdad,
tienen que
OBEDECER.
En este caso, estaba seguro de que Dios
quería que yo abriera la mente de estas personas haciéndoles
conocer los mandamientos y mostrándoles que el pecado es
infracción de la
LEY
de Dios.
Al llegar a la casa del señor, comencé por leer los dos
pasajes citados arriba y luego expliqué lo que había aprendido
en los últimos seis meses acerca de la ley de Dios y especial–
mente del sábado. Quería ver si este hombre lisiado
y
su
esposa estaban
DISPUESTOS
a obedecer a Dios.
No estaban dispuestos. Descubrí que eran "pentecosta–
les" y que iban a los servicios religiosos para "pasarlo bien".
Hablaban mucho de "lo bien que lo pasaban" en las reunio–
nes. En cuanto a obedecer a Dios, rechazaron la idea con
burla y desprecio. Les dije que si no estaban dispuestos a
obedecer a Dios y a cumplir las condiciones que Él había
impuesto para la curación, yo no podría orar por él.
¿Fue un ángel?
El caso no se apartaba de mi mente. Sentí una profunda
lástima por ese pobre individuo. Pero él no tenía
la
mente
lesionada y yo sabía que Dios no transige con el
PECADO.
Unas semanas más tarde, conducía de nuevo el automóvil
de mi hermano, otra vez por la calle Foster. Iba pensando en
otra misión y el recuerdo del lisiado se había apartado de mí.
Me encontraba profundamente distraído en otra cosa.
No obstante, cuando llegué a la intersección de la calle
donde vivía aquel señor, me acordé de él. Me surgió la idea
de visitarlo una vez más, pero no me pareció razonable. Ellos
habían tomado muy a la ligera la idea de acatar a Dios. Más
aún, se habían burlado. Los aparté de mi mente y volví a
pensar en la misión que tenía en ese momento. Luego ocurrió
algo extraño.
En la siguiente intersección, el timón del automóvil giró
automáticamente a la derecha. Sentí que se movía y opuse