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LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Y será bueno notar que Dios no los llama "vuestros sábados"
o "los sábados judíos", como a muchos les gusta llamarlos con
menosprecio hoy en día, sino que el Todopoderoso habla de
"MIS
sábados" y condena a Israel por menospreciar y descuidar este
mandamiento que, por demás está decir, El considera de
extrema
importancia.
Es importante reiterar que Dios mismo descansó en el séptimo
día - y lo "santificó".
Hizo santo
ese día como un espacio de
tiempo para descanso y adoración que apuntaba hacia el Dios
verdadero - el Creador de todo. Dios hizo del mandamiento
referente al sábado un pacto especial y perpetuo entre El y su
pueblo. Y el inspirado ejemplo de Jesucristo y sus apóstoles,
ciertamente indica que esta "señal" de identificación del verdadero
Dios debería ser observada por los verdaderos siervos de Dios - los
"israelitas espirituales" de hoy en día (véase Romanos 2:28-29 y
Gálatas 3:28-29; 6:15-16).
Es una verdad innegable que cada nación y cada individuo que
ha descuidado "recordar" el verdadero sábado, ha sido
CORTADO
del verdadero Dios y tornándose a alguna forma de idolatría
pagana. Para el que guarda el sábado, Dios es
REAL -
El es el
activo y viviente Creador y Gobernador del universo. El es un Dios
de
PODER
y actividad.
Pero el Dios del que quebranta el sábado se desenvuelve en
una especie de
"esencia"
o es un ser irreal, cruel y severo. Y en
realidad, esa falsa adoración degenera en una forma de observancia
religiosa solamente porque es "socialmente aceptable", no se prac–
tica con sinceridad de corazón.
¡El sábado guarda al individuo de falsas religiones y falsos
dioses!
El mandamiento explicado
Entendiendo, pues, que el mandamiento relativo al sábado es
tan vigente y obligatorio como el mandamiento contra el crimen y
el adulterio, procedamos a analizar y a explicar este mandamiento
de Dios y ver qué aplicación tiene a nuestras vidas personales hoy
en día.
A excepción de las declaraciones explicativas y expositivas, el
cuarto mandamiento consiste de dos órdenes expresas: Primera,
"Recuerda el día del sábado para santificarlo". Segunda: "Seis días
trabajarás y harás todos tus trabajos".