Página 88 - Spanish

Versión de HTML Básico

90
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
o de Dios mismo. El segundo es mediante el trabajo honrado que
gana algo como legitima devolución.
Cualquier otro modo es
robo
-
es despojar a otro de sus
pertenencias.
El octavo mandamiento reconoce la adquisición legitima de la
propiedad y
prohibe el robo.
El octavo mandamiento también prohibe el
LATROCINIO
inter–
nacional, que practican las naciones
confiscando
y
robando
por la
fuerza las propiedades y las posesiones de otros. Y, para nuestra
perenne vergüenza,
TODAS
las naciones son
CULPABLES
de violar la
ley de Dios en este respecto.
De acuerdo con los principios de la honradez, la tahurería es
también una violación al octavo mandamiento. El que se dedica al
juego, ya sea por pasatiempo o en negocios serios, se echa al
bolsillo dinero por el cual no ha trabajado honradamente.
Roba
al
hombre de quien toma del dinero y viola la ley de amor de Dios.
No obstante, muchos que profesan ser "cristianos" juegan
loterías, apuestas, y demás, al son de
MILLONES
de dólares. Esta
codicia de posesión sin trabajos ni fatigas, este afán de adquirir
algo a cambio de nada, es una escandalosa
negación
de las. ense–
ñanzas de Cristo.
Y ya es bien sabido que donde abunda la tahurería inmediata–
mente el tráfico de narcóticos, la prostitución y el
CRIMEN
organi–
zado alcanzan proporciones astronómicas.
Los jóvenes están aprendiendo a
ROBAR
en forma organizada y
exageradamente extensa. Ellos no sólo hurtan artículos de la tien–
das, los talleres, las escuelas y hasta las iglesias por millones, sino
que regularmente organizan un intrincado sistema de
TRAMPAS
cuando son sometidos a pruebas y exámenes en las escuelas y
universidades.
Debido a que generalmente ello no causa mucha alarma, dicha
práctica está creciendo en proporciones nunca vistas. Porque tal
vez no se le ha dicho a la gente joven que "cometer fraude" en los
exámenes es obtener notas o grados ilegalmente - y eso es
ROBAR.
Es una
directa violación
al octavo mandamiento de Dios.
Robo organizado en la industria moderna
El industrial o el comerciante que usa pesas y medidas falsas o
mala calidad en sus mercancías para engañar al público, es tan
CULPABLE
de quebrantar el octavo mandamiento como lo es el