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¿Qué es FE?
sola partícula de esa inmundicia desaparecerá de nuestros
corazones- solamente la sangre de Cristo puede limpiar–
los. ¡Por la ley viene el conocimiento del pecado!
Advierta la explicación que Santiago da al respecto:
"Pero sed
hacedores
de la palabra, y no tan solamente
oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno
es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es
semejante al hombre que considera en un espejo su rostro
natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego
olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la per–
fecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo
oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será biena–
venturado en lo que hace" (Santiago 1:22-25).
¿Es
posible guardar la ley?
"Pero" - arguye el engañador que aduce que la ley
está abolida - "ningún hombre puede guardar los manda–
mientos. Humanamente es imposible. Desde que vino la fe,
no guardamos ninguna ley - la fe abolió la ley".
Tal afirmación no nos asombra porque sabemos que
"el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que,
no es extraño si también sus ministros se disfrazan como
ministros de justicia - porque éstos son falsos apóstoles,
obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de
Cristo" (2 Corintios 11:13-15). "¿Luego por la fe invali–
damos la ley?" surge la pregunta en la Escritura inspirada
- y de nuevo la categórica respuesta:
"En ninguna
manera,
sino que
confirmamos la ley"
(Romanos 3:31).
¡Sí, la fe
confirma
la ley! Mediante la observancia de
la ley la fe es hecha perfecta.
¿Es pues posible para nosotros guardar los manda–
mientos? Aquellos que, inspirados por Satanás, han adop–
tado la doctrina de "no por ley", y así enseñan, aseguran
que no es posible. Pero, ¿cuál es la verdad?
Un hombre se acercó a Jesús y le preguntó qué hacer
para ser salvo. La respuesta del Salvador mismo fue: "Si
quieres entrar en la vida,
guarda los mandamientos"
(Mateo 19: 17). "Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron
en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser salvo? Y
mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es impo-