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¿Qué es
FE?
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sible;
mas para Dios todo es posible"
(versículos 25-26).
¡He allí la respuesta de Jesús mismo! Para los hom–
bres es imposible, totalmente imposible guardar los man–
damientos de Dios. ¿Empieza usted a verlo? ¡Se requiere
fe! ¡Fe en el poder de Dios! Y, así como su diligente
esfuerzo aunado a la fe hace perfecta la fe, de la misma
manera la fe aunada a su esfuerzo hace perfecta la obe–
diencia. Obediencia y fe son virtudes que van de la mano.
Usted no puede tener la una sin la otra.
La fe viviente - la única fe que salva - es una fe
activa
-
una fe que confia en que el poder de Dios hace
posible la obediencia a El - hace posible vivir la verdadera
vida cristiana - ¡observar sus benditos mandamientos!
Considere esto: ¿Podría un Dios justo mandarnos
hacer lo que no es posible hacer? ¿O acaso podemos conce–
bir la idea de un Jesús engreído y petulante que preten–
diendo saber más que su Padre, abolió los mandamientos
dictados por El? ¡Qué absurdo! ¡Sin embargo, tal es el
concepto popular hoy en día!
La ley es eterna
La ley de Dios no es un monstruo abominable. Las
leyes justas y rectas sólo aterrorizan a los criminales -
¡fueron hechas para proteger a los buenos! La ley de Dios
es perfecta (Salmo 19:7), es una ley
espiritual
(Romanos
7:14),
santa,
y
justa,
y
buena
(Rom. 7:12). Todos sus
mandamientos son fieles, afirmados eternamente y para
siempre (Salmo 111:7-8). ¡Jamás le crea al hombre que le
diga lo contrario!
La ley de Dios es, para decirlo más simplemente,
amor.
Es el perfecto camino de vida. Cada fragmento de
sufrimiento humano, desdicha, miseria y muerte ha sobre–
venido únicamente como consecuencia de la transgresión a
dicha ley. Esta fue hecha para hacer feliz al hombre, y es la
única
filosofia de la vida que puede lograrlo. Es una ley
que proviene de un Dios de amor, ¡y el amor es el
cumpli–
miento de la ley!
Pero no el amor natural de usted, claro está. Se
requiere "el amor de Dios ... derramado en nuestros corazo–
nes
por el Espíritu Santo"
(Romanos 5:5). Dios posee, y le