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Su Matrimonio Puede Ser Feliz
esposas" (I Pedro 3:1). Dios describe la
FORMA
en que estas
mujeres vivieron, enseñándonos el ejemplo de Sara, la esposa
de Abraham. "Porque así también [de acuerdo con instrucciones
reveladas por Dios] se ataviaban en otro tiempo aquellas santas
mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos;
como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor, de la cual
vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien ..." (I Pedro
3:5-6).
Tal ejemplo resplandeciente de humildad devota se ha
vuelto anticuado y "fuera de moda" actualmente. En otras
palabras, la felicidad de la mujer se ha vuelto anticuada y
"fuera de moda".
¿Todo a cargo de una parte?
¿Pero acaso Dios pretende que las mujeres dobleguen su
cerviz bajo el yugo dominante de la esclavitud, y se sometan a
cualquier clase
de esposo, a
despecho
de sus
acciones? De
ninguna manera.
¡Dios hace al hombre- a quien originalmente le dio auto·
ridad- responsable!
Tal como Jesucristo es la persona más responsable (junto
con Dios) que vive actualmente, así también desea que el esposo
sea la cabeza responsable de su familia. "Maridos, amad a
vuestras mujeres, así como Cristo amó a la Iglesia, y se entregó
a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en
el lavamiento del agua por la palabra" (Ef. 5:25-26). Cristo se
entregó a sí mismo por la Iglesia. ¡Los esposos tienen que amar
a sus esposas de la misma manera! "Así también los maridos
deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que
ama a su mujer, a sí mismo se ama" (Ef. 5:28).
Dios es el protector, proveedor y regidor de su Iglesia. Así
el hombre tiene que cumplir ese cargo para con su mujer.
"Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para
los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo" (I
Ti.
5:8). Dios demanda del hombre que sea capaz de
mantener
y
proveer para su mujer, y que cumpla el gran cargo y responsabi–
lidad que Dios le ha conferido.
El esposo es la cabeza literal de la familia; y más aun, es